Recomendaciones para el uso de pantallas en niños/as de hasta 3 años






El uso que las criaturas deben hacer de las pantallas y la tecnología es uno de los temas que más frecuentemente nos abruma a los padres. ¡Es normal! En nuestro mundo y nuestro entorno las tecnologías cada vez están más presentes, hasta para las tareas más cotidianas: conectar con los seres queridos, el ocio, ¡la limpieza de la casa!, o los trámites administrativos…
Más aún ahora, en que la situación de emergencia sanitaria que estamos atravesando, ha impulsado la tecnología de forma masiva en ámbitos como el trabajo (teletrabajo) o la educación… Eso sin contar que las criaturas desde bebés, demuestran una habilidad increíble para manejar todo tipo de dispositivos. Y no es raro, estamos hablando de generaciones que ya son netamente nativas digitales.

¿Es saludable el uso de pantallas en niños/as?


Pese a la realidad que vivimos, si en algo parecen coincidir expertos en el desarrollo infantil y organismos internacionales como la OMS o UNICEF es que en criaturas menores de 2 años la mejor política que podemos aplicar tanto padres como educadores es la de cero pantallas.
Evitar su exposición a estos dispositivos es vital porque, de otra forma, estaríamos ofreciéndoles una sobreestimulación para la que sus cerebros todavía no están maduros. Y esto, claro, puede tener consecuencias a medio y largo plazo…
Qué duda cabe que es un tema tan reciente (incluso emergente, aún) que son muchos los estudios que aún están en marcha para ver el impacto que las pantallas llegan a tener en niños de tan corta edad. Sin embargo, la mayoría de los estudios recientes van aportando algunos datos comunes; entre ellos, los efectos negativos que el abuso de pantallas puede causar en el desarrollo de las criaturas, afectándoles también en etapas futuras:

↣ Déficit de autocontrol
↣ Déficit de atención
↣ Mayores niveles de depresión
↣ Mayor fracaso escolar

¿Y por qué estos efectos? Los bebés quedan absortos frente a una pantalla: las formas y los colores cambiantes atraen todo su interés. Sin embargo, ni sus sentidos ni su cerebro están aún preparados para descifrar la información que reciben: se acostumbran a una rapidez en los movimientos y a una inmediatez que luego no se refleja en el mundo real, en el entorno que descubren, con las consecuentes dificultad en focalizar su atención en otras actividades más físicas, que no ofrecen estímulos similares a las de los dispositivos electrónicos.

¿Cómo abordar el uso de pantallas en niños/as?


Si bien la recomendación es clara, cero pantallas, eso no significa que sea fácilmente aplicable… En esta etapa de compleja conciliación el entretenimiento que ofrecen estos dispositivos nos resulta crucial para sacar adelante la multitarea de la que somos responsables. Aquí os dejamos algunas recomendaciones que pueden resultar útiles para afrontar la relación entre las criaturas y las pantallas:

↣ Objetivo cero pantallas. Teniendo este objetivo en mente, será más fácil evitar usar la televisión o tablet como una niñera; es decir, seremos conscientes que puede ser un entretenimiento más de forma puntual (al igual que dibujar o los cuentos), pero no un sustituto de nuestra presencia. Hasta los tres años se aconseja que la exposición vaya de la media hora a la hora diaria.

↣ No fomentar el uso de los dispositivos. Y es que el ejemplo con las criaturas ¡lo es todo! Cuando estemos con ellas nos ayudará evitar distraernos con nuestro propio móvil o tablet o, por ejemplo, tener la televisión encendida de fondo. A veces es difícil, pero así lograremos fortalecer la recomendación anterior haciéndoles entender que estos dispositivos son para un momento de entretenimiento puntual y no para su uso continuado.

↣ Si tienes que ver la televisión, ¡mejor acompañados! Porque sí: hay momentos en los que una reunión o un trabajo urgente exigen medidas desesperadas… En este caso, y en la medida de lo posible, es bueno que -además de escoger contenidos de calidad- el niño no esté solo: ir comentando lo que está viendo, qué le gusta más o por qué reforzará la interacción que está teniendo la criatura en la actividad y contribuirá a que el estímulo actúe de forma más beneficiosa.

↣ Trabajar las transiciones. En este sentido, uno de los grandes problemas del uso de pantallas en niños menores de 3 años es que no tienen la madurez suficiente para entender que, cuando llega el momento, hay que apagar la pantalla. Por eso es mucho mejor si lo acompañas, le avisas de que dentro de un momento se cambiará de actividad, entablas una conversación con él sobre lo que está viendo y lo que le gusta y, así, creas una transición suave hasta el cese de la actividad. Ya que una vez apagada la pantalla podéis alargar la conversación sobre lo que ha visto o lo que le ha gustado y no tiene la sensación de interrupción abrupta al simplemente desaparecer las imágenes.

↣ Priorizar unas opciones frente a otras. Si hay que elegir entre unos dibujos y una videollamada… ¡elige la videollamada! En este caso, aunque debe de seguir siendo limitado, el uso de la tecnología nos ayudará a reforzar la interacción social que los/las pequeños/as han visto tan limitada: ya sea con abuelos/as, amigos/as o educadores/as, estos momentos compartidos, aunque sea en formato videollamada, les aportarán mucho más que otros contenidos más estándar.


Esperamos que estos consejos os ayuden a afrontar con seguridad y confianza la relación entre vuestros/as hijos/as y las pantallas. ¿Y vosotros? ¿Tenéis alguna norma en casa al respecto? ¿A vuestras criaturas también les encantan las pantallas ?

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